Pablo Diaz
New member
Cuando creé mi primer sitio web, todo era un caos controlado. Recuerdo que no tenía mucha experiencia, así que comencé con una plantilla básica en HTML, pero me emocioné tanto con el diseño que olvidé lo más importante: la usabilidad. Pasé horas y horas personalizando colores, agregando efectos con JavaScript, pero nunca probé cómo se veía en diferentes dispositivos. Cuando finalmente lancé el sitio, me di cuenta de que no era nada responsive y en móviles era un desastre. ¡Lo peor es que ni siquiera sabía qué era responsive en ese momento!
Luego vino la parte de SEO. Decidí que bastaba con meter algunas palabras clave en los títulos y de pronto mi página estaría en el top de Google, ¡sólo para descubrir que eso no era ni la mitad de lo que se necesitaba! Durante meses luché por atraer tráfico, sin entender que el contenido de calidad y la optimización eran la verdadera clave.
Otra anécdota graciosa fue cuando intenté poner un sistema de formularios de contacto. Me olvidé por completo de la seguridad y mi formulario se llenó de spam, ¡hasta me llegaron ofertas para mejorar mi propio sitio web de spam! Fue una lección valiosa sobre la importancia de la seguridad en el desarrollo web.
Luego vino la parte de SEO. Decidí que bastaba con meter algunas palabras clave en los títulos y de pronto mi página estaría en el top de Google, ¡sólo para descubrir que eso no era ni la mitad de lo que se necesitaba! Durante meses luché por atraer tráfico, sin entender que el contenido de calidad y la optimización eran la verdadera clave.
Otra anécdota graciosa fue cuando intenté poner un sistema de formularios de contacto. Me olvidé por completo de la seguridad y mi formulario se llenó de spam, ¡hasta me llegaron ofertas para mejorar mi propio sitio web de spam! Fue una lección valiosa sobre la importancia de la seguridad en el desarrollo web.